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Conmoción en Holanda ante la evidencia de abusos masivos en centros de menores

Los niños en hogares de acogida sufren el doble de asaltos que en las familias ordinarias El riesgo se triplica cuando son disminuidos psíquicos La mitad de las agresiones son perpetradas por otros menores

Isabel Ferrer

La presentación del informe oficial sobre los abusos sexuales perpetrados en centros de menores, y en hogares de acogida, desde 1945 ha conmocionado a Holanda. Los niños apartados de su entorno para ser protegidos por el Estado sufren el doble de abusos que en las familias ordinarias. Cuando el pequeño en cuestión es disminuido psíquico el riesgo se triplica. Según Rieke Samsom, ex fiscal general del Estado y autora del estudio, los abusos son inherentes al sistema de protección de menores, que debe ser modificado. La mitad de los asaltantes son otros niños, en su mayoría adolescentes, que comparten el internamiento. El resto de las agresiones es perpetrado por los cuidadores, con 37 años de media. “El sector lo sabía, pero la sexualidad de los pequeños ha sido un tabú para unos educadores mal preparados. Prueba de ello es que solo han reconocido un 2% de las denuncias. Muy por debajo de la realidad”, ha dicho.

El Informe Samson, que toma su nombre de la jurista, ha analizado 800 casos y remitido 42 a la Fiscalía General del Estado para que investigue a los responsables de las agresiones. En conjunto, la investigación arrancó hace dos años al asumir las quejas remitidas por las víctimas a la denominada Comisión Deetman. Esta última se centró en los abusos sexuales en la Iglesia católica holandesa, y separó los expedientes de menores internados en centros no confesionales. Deetman cifró entre 10.000 y 20.000 los menores agredidos por los religiosos del país desde 1945. Ante la enormidad de la evidencia, la Iglesia nacional pidió perdón en 2011.

“Lo sorprendente es que las autoridades supieron de los abusos y dejaron el asunto en manos del sector", según la autora del informe

Esta vez, las disculpas han llegado del Estado. “Es una vergüenza y una tristeza”, ha dicho Ivo Opstelten, ministro de Justicia, al recibir el informe. “Es terrible, porque eran niños pequeños que han callado durante años. Cuesta mucho admitir que algo así haya podido suceder en nuestra sociedad, y estoy impactada, pero Sanidad ya trabaja para evitar que se repitan los abusos”, ha añadido Marlies Veldhuijzen van Zanten, secretaria de Estado del departamento.

De los testimonios de varias víctimas recogidos en un vídeo, se deduce que nadie les escuchó en su día. “La violencia está siempre presente y a mí me dieron palizas tremendas a los 16 años”, añadió Roos Haase. “Nadie te hace caso”, resumió Louis Hennevelt. Los dos forman parte del grupo de 40 afectados entrevistados durante la elaboración del Informe. “Lo más sorprendente es que las autoridades, cuando supieron de los abusos, dejaron el asunto en manos del sector. La distancia tomada por los ministerios ante la situación ha sido enorme”, según la autora. Por eso advierte de que la red de protección de menores no debe ser absorbida por los ayuntamientos (como figura en los planes gubernamentales). “Se desbaratará si no es renovada antes y formados adecuadamente sus responsables directos”, ha asegurado.

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