Baleares no ampliará el parque nacional de Cabrera pese a la presión ecologista

Cabrera es una esquina casi sin vulnerar del Mediterráneo. El parque nacional marítimo terrestre del archipiélago de Cabrera, al sur de Mallorca, fue declarado por ley en 1991 gracias a la activa presión ciudadana y, en especial, de los ecologistas y navegantes insulares. Ahora, distintas entidades proteccionistas, con el aval de organismos científicos, consideran que esta gran reserva de paisaje y de la vida natural debe ser ampliada en su extensión marina. Un portavoz del Gobierno de Baleares anunció, en la tarde del viernes, que "está descartada una posible ampliación en la actual situación".

Los ecologistas presionan para que las 'fronteras', los límites del parque, estén a más distancia de la costa y así preserven fondos más profundos con el fin de evitar que pesqueros de arrastre furtivos sigan asolando la rica biodiversidad existente.

La superficie submarina de la periferia del parque es de importancia por su fauna y flora pero está sometida a una presión clandestina de potentes barcas, según denuncia la organización proteccionista Oceana. El director en Europa de la entidad ecologista, Xavier Pastor, cree que existe “tolerancia hacia la pesca de arrastre ilegal sobre esos fondos". Así lo advirtió al reclamar, en vano, control e iniciativas a la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente del Gobierno balear.

Oceana ha solicitado en distintas ocasiones al Gobierno regional que asuma los informes de expertos y organismos que apuestan por la expansión del parque. Especialistas del Instituto Español de Oceanografía, del Gobierno de Baleares y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas se han pronunciado acerca de la importancia de la riqueza subacuática y la necesidad de blindar legalmente su protección.

En 2010, cuando gobernaban las islas los socialistas y nacionalistas, se anunció la ampliación del parque. En junio de 2011 entró el nuevo Ejecutivo del PP que conoce las propuestas de los científicos y las reivindicaciones de los activistas. Oceana supone que el grupo de presión pesquero mantiene una postura adversa. El documento de análisis nunca se divulgó ni se plasmó en una propuesta política articulada. Desde la consejería balear de Medio Ambiente, un portavoz observó que en la anterior legislatura la izquierda "no dio ningún paso en este sentido", aunque contaba ya con los mismos elementos de decisión.

“Todos los especialistas confirman la importancia de los fondos alrededor de Cabrera y, sin embargo, esto no ha motivado ninguna acción política”, lamenta Xavier Pastor."Pese a que algunas de las especies y hábitats encontrados deberían contar obligatoriamente con protección como exigen diversas legislaciones de la UE”. Pastor fue biólogo profesional en el Instituto Español de Oceanografía y en los años ochenta fue activista de Greenpeace en Cabrera y, movilizado contra las maniobras militares con fuego real, participó en las acciones desarrolladas con el barco verde y arco-iris ‘Sirius’.

Los ámbitos submarinos sobre los que se pide prohibir la pesca de arrastre acogen mantos coralinos, concreciones de algas rocas calcáreas que, según Océana, “ya justifican de por sí su protección, pero, además, este lugar es de gran importancia para especies como el mero, el corvallo, el coral rojo, el coral negro y la langosta”.