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CAFÉ CON... CLAUDIA JULIETA DUQUE

“Las colombianas somos un mero botín de guerra”

La periodista no es optimista con el proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y las guerrillas de las FARC

Claudia Julieta Duque, periodista colombiana.
Claudia Julieta Duque, periodista colombiana.Samuel Sánchez

Le pone nerviosa que le saquen fotos. Y no es de extrañar. Después de ocho años de intimidación, espionaje y acoso de los que culpa al aparato estatal del Gobierno del expresidente Álvaro Uribe, la periodista colombiana Claudia Julieta Duque sigue sufriendo secuelas emocionales. Todavía padece insomnio y se ha vuelto más desconfiada. “Me cuesta socializar. Vivo prácticamente encerrada en mi casa, solo salgo para trabajar”, confiesa.

Muchos no le creyeron cuando lanzó las primeras acusaciones de que el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, la policía secreta de Colombia) la espiaba para que no investigara el asesinato del periodista Jaime Garzón. José Miguel Naváez, exsubdirector de la DAS, está siendo investigado por el crimen.

La amenazaron, le revisaron el correo y monitorizaron sus llamadas y sus movimientos bancarios, al igual que a varios periodistas, magistrados, políticos de oposición y defensores de los derechos humanos. “Mis propios guardaespaldas eran quienes me amenazaban”, explica. Tres veces tuvo que abandonar su país debido a las amenazas contra su vida. Pero regresó porque considera que “los exilios son una muerte lenta”. “Te conviertes en un fantasma. Mi lugar es Colombia”, asevera, y añade: “Cuando ayudas a una víctima te das cuenta de que vale la pena”.

En la mesa de negociación no están las víctimas, ni la sociedad civil, solo los militares”

Por lo pronto, no acepta escoltas. Sus únicos acompañantes son miembros de la Brigada Internacional de Paz, una ONG que acompaña Rehúsa hablar sobre su hija adolescente, también víctima indirecta y principal objeto de las amenazas: “Necesita que la dejen en paz”.

Claudia Julieta Duque estuvo en España, con el apoyo de ONU Mujeres, para ofrecer varias conferencias sobre derechos humanos y libertad de prensa. Y ha aprovechado para hablar del proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las guerrillas de las FARC. “No soy nada optimista”, comenta mientras juguetea con su manzanilla.

“Creo que las guerrillas están tratando de negociar el desarme a cambio de impunidad”, asegura la periodista, que añade que el diálogo no está siendo equilibrado: “En la mesa de negociación no están las víctimas, ni la sociedad civil, solo los militares”. “Me molesta que las FARC vayan de mártires del conflicto”, añade, y lamenta que se vuelvan a repetir las excusas que utilizaron los paramilitares en 2005. “Todos aseguran que se vieron obligados a tomar las armas. Y los que hemos sufrido las consecuencias, ¿qué?”, comenta indignada.

Queremos paz y el proceso de desarme es importante, pero no con impunidad"

Duque cree que la mujer colombiana es una de las grandes víctimas de la violencia en Colombia. “No valemos nada, somos botín de guerra: violadas, matadas, abusadas y olvidadas”.

Afirma que, aunque en todo proceso de paz hay concesiones por parte de ambos bandos, hay tres cosas que no deben ser perdonadas: “Los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra y el genocidio”. Y agrega: “Solo ha habido dos condenas en firme a paramilitares involucrados en este ámbito, ambas por menos de ocho años de prisión, que es la pena por atropellar a alguien sin querer”. Teme que en el nuevo marco legal que se establecerá se le proporcione impunidad a los diversos grupos armados que operan en la nación suramericana. “Queremos paz y el proceso de desarme es importante, pero no así”, asegura.

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