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La vacuna conjunta rubeola-sarampión evitará decenas de miles de muertes

Una campaña pretende inmunizar a 700 millones de niños en siete años

Fuente: Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Ministerio de Sanidad).
Fuente: Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Ministerio de Sanidad).EL PAÍS

En países con pocos recursos, las sinergias son clave para la prevención de enfermedades. Y la vacuna conjunta rubeola-sarampión es un claro ejemplo de ello. En los países ricos estas enfermedades se consideran casi banales por la mayoría de la población, pero 100.000 niños nacen al año en el mundo afectados por la rubeola de sus madres y 140.000 mueren cada año por complicaciones del sarampión, según cálculos de la Organización Mundial de la salud. De ahí la importancia de la campaña para llevar el tratamiento combinado a 700 millones de niños de entre nueve meses y 14 años de 49 de los países con menos recursos que ha iniciado la Alianza Mundial para la Inmunización y las Vacunas (Gavi por sus siglas en inglés).

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La organización va a realizar el programa por oleadas: se fija un país, y se hace una intensiva campaña para intentar que toda la población infantil quede protegida. Hacerlo de otra manera supone dejar a parte de los niños infectados, con lo que actuarán como emisores de los correspondientes virus para los demás. El inicio, la semana pasada, fue en Ruanda: cinco millones de niños inmunizados en cuatro días. Este año se trabajará también en Bangladesh, Camboya, Ghana, Senegal y Vietnam.

El plan está coordinado con la Iniciativa para el Sarampión y la Rubeola de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que desde 2000 ha vacunado a mil millones de personas. Los efectos son visibles: las muertes por sarampión han bajado de más de medio millón a 140.000 en una década. Pero un estudio de The Lancet señala que a partir de 2008, coincidiendo con la crisis, la intensidad del esfuerzo preventivo ha bajado: 19 millones de niños han dejado de recibir la mediación correspondiente.

Además, las campañas en contra de las vacunas en países ricos han hecho que vuelva a haber brotes en ellos. Estas políticas pueden revertir éxitos como la práctica erradicación de estas enfermedades en los niños de América, advierte la OMS.

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