_
_
_
_
_

EL PAÍS abrirá una edición digital en Brasil

El presidente del grupo PRISA anuncia en París que la web del diario se podrá leer en portugués antes de final de año

Juan Luis Cebrián, presidente del grupo PRISA, ha anunciado este jueves en París que EL PAÍS quiere abrir una edición digital en portugués en Brasil el próximo otoño. “Esperamos que los contenidos de la edición americana de la web se puedan leer en portugués antes de finales de año”, señaló Cebrián, que recordó que la página digital del diario se mantiene actualizada las 24 horas del día gracias a las delegaciones de Washington (formada por seis personas) y México (una docena de periodistas). La idea, explicó el primer director de EL PAÍS, es reforzar la presencia del diario en Iberoamérica abriendo una redacción en Sao Paulo en la que trabajará un equipo de periodistas locales.

Cebrián recordó que The New York Times ha acabado desistiendo de emprender un proyecto similar en Brasil, pero apuntó que EL PAÍS está convencido de que es el momento de dar ese paso porque el diario cada vez tiene más lectores en América. En este momento, señaló, “casi la mitad del tráfico total del diario en Internet, que es de 16 millones de usuarios únicos, se genera fuera de España”. Y la mayor parte de estos lectores se conectan desde América Latina. “Le edición de papel vende 45.000 copias en América, y tenemos un millón de usuarios únicos en México, casi un millón en Argentina y medio millón en Colombia”, dijo.

El presidente de PRISA hizo estos anuncios durante una mesa redonda sobre el futuro de la prensa organizada por el foro de la Red Global de Editores (GEN, por sus siglas en inglés), en la que también participaron Natalie Nougayrède, directora de Le Monde, y los analistas David Levy, responsable del Reuters Institute de Oxford, y Michael Maness, vicepresidente de la Fundación Knight.

En la sesión, moderada por Wolfgang Blau, el director de estrategia digital de The Guardian –cuya web generó el año pasado 52 millones de euros de beneficios-, los ponentes coincidieron en algunas ideas, algunas paradójicas: los medios de comunicación no han superado la crisis y están lejos de haber completado la transformación digital; los internautas eligen cada vez más las cabeceras de referencia y las firmas con credibilidad; las redes sociales están sustituyendo a los medios tradicionales como vehículo de la opinión pública, y el uso creciente de los móviles y tabletas obliga a los medios a invertir cada vez más en esos formatos.

Nougayrède confirmó que Le Monde no deja de aumentar sus lectores en aparatos móviles, y ha detectado con sorpresa que esos usuarios “leen sobre todo piezas largas y bien escritas”. La directora advirtió de que “el papel sigue siendo necesario, siempre que logremos”, dijo, “mejorarlo y darle valor añadido respecto a lo que publicamos antes en otros soportes”.

Cebrián contó que la circulación en papel de EL PAÍS ha bajado un tercio en cinco años, lo achacó a “la crisis y las nuevas tecnologías”, y dio un dato demoledor: “Por cada diez euros que se dejan de ingresar por circulación y publicidad solo se recupera uno en el digital”.

Wolfgang Blau se preguntó si los medios no estarán cometiendo un error al poner el acento en las herramientas en vez de en el periodismo, y apuntó si no sería mejor formar a informáticos para que sean periodistas en vez de tratar de convertir a los periodistas en informáticos.

Michael Maness sugirió que los periódicos deben “dejar de pensar que el artículo es la única pieza de información que existe”, y les invitó a “pasar de la publicidad al marketing imaginativo” y a “ser totalmente transparentes y compartir el proceso de elaboración de las noticias con los lectores”. El analista pronosticó que en 2020 la prensa digital se dirigirá a “una cartera personalizada de comunidades unidas en torno a las firmas más atractivas”.

El británico Levy cree que ha llegado el momento de replantearse las preguntas básicas del periodismo: “El periodista debe responder sobre todo a tres cosas: cómo, por qué, y qué será lo próximo. Hace falta interpretación, análisis, profundidad. Y también reactividad a los lectores, inteligencia y flexibilidad para vender contenidos, y abrir nichos de especialistas”.

Durante el foro de editores, que reúne en París a un centenar de profesionales del sector, se ha presentado el último grito en fotografía y vídeo en movimiento: el Ardrone 2.0, un pequeño y liviano helicóptero teledirigido pensado para filmar y fotografiar desde el aire manifestaciones, batallas o espectáculos en alta definición. El aparato se controla desde un teléfono inteligente conectado a una red inalámbrica.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_