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El consumo de heroína aumenta de forma alarmante en Nueva Inglaterra

El periódico ‘The New York Times’ analiza las causas de este incremento que está acabando con la vida de muchos adictos en la región

Carolina García
Un hombre inhala los vapores de heroína desprendidos de un chino (especie de cigarrillo de papel de aluminio).
Un hombre inhala los vapores de heroína desprendidos de un chino (especie de cigarrillo de papel de aluminio). REUTERS

A pesar de que el consumo de heroína ha disminuido drásticamente en las grandes ciudades de Estados Unidos, en algunas pequeñas localidades de la zona de Nueva Inglaterra -la región incluye a los Estados de Maine, Vermont, Massachussets, Rhode Island y Connecticut- está cogiendo fuerza de nuevo, según informa The New York Times. Según los funcionarios sanitarios de salud de la nación, en esta región “se vivió una gran epidemia hace años y, ahora nos estamos enfrentando a otra que es incluso peor”.

Desde de los pueblos de pescadores de la costa de Maine hasta Vermont, las autoridades han alertado del aumento del consumo de “polvo de cristal” y de muertes por esta causa. “Es más fácil obtener esta droga en algunas partes que recibir un paquete de UPS”, señala en el periódico especialista en adicciones, Mark Publicker.

Según datos oficiales, la heroína mató a 21 personas en Maine en 2012, tres veces más que el año anterior. En el caso de New Hampshire, el Estado registró 40 muertes por sobredosis, cuando hace una década tan solo eran siete los fallecidos por esta causa. En el Estado de Vermont, más de 900 personas fueron tratadas por adicción a esta droga en 2012; frente a los 654 que recibieron tratamiento en 2011.

La heroína es una de las drogas más adictivas del mundo. Cerca de un 25% de los individuos que la prueban se convierten en dependientes. Produce unos efectos inmediatos en la persona que la consume de sensación de placer muy intensa, y a los pocos segundos un estado de sedación total y cierta euforia, con ausencia de cualquier malestar psíquico, lo que provoca, cuando desaparecen estos efectos la búsqueda ansiosa de obtener más, convirtiéndose en el centro de la vida de los adictos y, en la mayoría de las ocasiones, arruinándosela.

El periódico explica que la droga que se vende en las calles de Nueva Inglaterra tiene su origen en Colombia y llega a través de México. Su pureza varía lo que, según las autoridades policiales, tiene que ver con el incremento de las muertes producidas en la región.

Una de las razones que los expertos citan como origen del aumento del consumo es la restricción que existe sobre los médicos en la región de Nueva Inglaterra a la hora de recetar analgésicos, “para algunas personas la heroína es una opción más barata y más fácil de conseguir”. Otro de los motivos que mencionan es que existen muchos “agujeros” en la ley que favorecen la demanda y el abastecimiento.

Por ejemplo, los camellos de Nueva York ven una gran ventana en el negocio en el norte de Nueva Inglaterra. Una papelina de heroína cuesta seis dólares en Nueva York, 10 en el sur de Nueva Inglaterra y de 30 a 40 dólares en Nueva Inglaterra, según fuentes oficiales de esta última región. Por lo que el proveedor de la droga saca un gran beneficio.

Un estudio realizado en 2011 concluyó que Maine era el Estado con mayor número de personas en tratamiento por abuso de heroína, y en general toda la región de Nueva Inglaterra obtuvo cifras muy altas, mayores que resto de EE UU. Este Estado, además, es el primero que tiene un acceso limitado a determinados medicamentos, entre los que se incluye la metadona, uno de los principales medicamentos para tratar la adicción a la heroína. Maine tomó esta medida debido a un recorte presupuestario.

Con la aparición de más adictos, las autoridades de Nueva Inglaterra se están preparando para las posibles consecuencias que puede traer consigo: robos o un mayor uso de los servicios sanitarios y sociales. Según las mismas fuentes, los usuarios “novatos” tienen más probabilidades de compartir agujas y “de contraer enfermedades como el sida o la hepatitis C”.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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