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GSK pedirá la aprobación de la vacuna contra la malaria en 2014

El prototipo ensayado, entre otros, por Pedro Alonso protege al 50% de los niños Pierde eficacia en los recién nacidos

Mosquito transmisor de la malaria.
Mosquito transmisor de la malaria.age fotostock

Los últimos datos de la vacuna contra la malaria RTS,S han confirmado que tiene una capacidad de protección de cerca del 50% en niños de entre 5 y 17 meses, y que esta se mantiene durante año y medio. En los más pequeños (los que recibieron la inmunización antes de los tres meses) esta eficacia baja al 25%. Aunque los datos no son espectaculares, como ha reconocido uno de sus investigadores, el español Pedro Alonso, el hecho de que se trate del primer medicamento de estas características que llega tan lejos (ensayos ya en fase III con 15.000 voluntarios) y la enfermedad mate a 660.000 personas al año, la mayoría niños, ha llevado al laboratorio promotor, GSK (GlaxoSmith-Kline), a anunciar que el año que viene pedirá permiso a la Agencia Europea del Medicamento para su comercialización. La decisión se ha hecho pública en un congreso celebrado en Durban (Sudáfrica). La Organización Mundial de la Salud ha dicho que estaría dispuesta a avalarla en 2015.

El prototipo fue puesto en entredicho cuando se vio que su eficacia disminuía en los niños más pequeños. “Esperábamos una respuesta superior”, admitió en noviembre del año pasado su principal investigador, Pedro Alonso. Pero él mismo avanzaba que el hecho de que la protección fuera baja no debía impedir su uso. “No entiendo por qué la vacuna del VIH se descartó cuando ofreció una protección del 30%. En el caso de la malaria, estos son muchas vidas. Además, no se usaría aislada, sino con otras prácticas, como las mosquiteras con insecticida, los tratamientos y las pruebas rápidas. Seguro que merecerá la pena”, dijo entonces Alonso a EL PAÍS.

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El hecho es que protecciones tan bajas no se consideran para la mayoría de las vacunas infantiles, cuya eficacia supera el 90%. Pero ante una enfermedad tan complicada y que afecta a los más pobres, es una herramienta más. “Prevenir un número considerable de casos de malaria en la comunidad significará que habrá menos camas hospitalarias ocupadas por niños enfermos. Las familias perderán menos tiempo y dinero cuidándoles, y tendrán más tiempo para otras actividades. Y, por supuesto, los niños se beneficiarán de tener mejor salud”, dijo en el congreso de la Iniciativa para la Vacuna de la Malaria (MVI-Path) Halidou Tinto, principal investigador de la vacuna en Burkina Faso.

Para los investigadores, este primer prototipo es un avance, y quedan estudios pendientes como ver qué pasa con el tiempo. Por ejemplo, se ha visto que pierde eficacia, pero no cómo reacciona a una dosis de refuerzo.

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