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Marruecos castigará el acoso sexual

Un proyecto de ley prevé multas y hasta cuatro años de cárcel si se da en el trabajo

La policía marroquí carga contra mujeres el 8 de marzo en Rabat.
La policía marroquí carga contra mujeres el 8 de marzo en Rabat.AFP

Houda Bentahar, estudiante de la Escuela de Ingenieros de Mohamedia, cuenta en una tribuna recién publicada en el diario digital Le Mag cuántos acosos padece, de la mañana a la noche, una joven marroquí vestida a la occidental. En Marruecos el acoso, que los varones marroquíes prefieren llamar “ligoteo”, está muy generalizado y cuanto menos cubiertas van las mujeres más lo sufren. Vestirse de manera muy pudibunda es una protección contra esa agresión.

Es probable que dentro de unas semanas algunos de aquellos que hostigaron a Bentahar, desde el camarero que la atendió en la cafetería de la escuela politécnica hasta el taxista que la llevó a casa por la noche, sean susceptibles de ser condenados por un juez a entre un mes y dos años de cárcel y multas de entre 95 y 285 euros. Si el acoso se produce en el ámbito laboral las penas se duplican. Si va acompañado de imágenes distribuidas a través de Internet la condena puede ser de hasta cinco años.

Marruecos se dispone a aprobar una ley contra el acoso sexual.”¡Ya era hora!”, afirma la periodista Leila Ouazry. La iniciativa es novedosa en un mundo árabe en el que las llamadas “primaveras”, que empezaron en Túnez, han perjudicado a las mujeres exponiéndolas a una mayor presión social de los sectores más conservadores. No así en Marruecos.

El borrador del proyecto de ley ha sido redactado por la ministra islamista de Solidaridad y de la Mujer, Bassima Hakkaoui, y brinda la posibilidad a las ONG feministas o de defensa de los derechos humanos de personarse como acusación particular en los juicios por acoso. Aún así estas asociaciones no se daban por satisfechas porque no habían participado en la elaboración del proyecto.

El primer ministro islamista, Abdelilá Benkiran, aceptó el jueves crear una comisión para acabar de poner a punto la nueva ley en la que estará representada Primavera de la Dignidad, el nombre que se han dado las asociaciones de mujeres que luchan por sus derechos, contra la violencia de género etcétera. Quedó así demostrado que los islamistas moderados del Partido de la Justicia y del Desarrollo, mayoritarios en el Gobierno, no ponen pegas a castigar el acoso.

Ahora bien sí creen que la mejor manera de combatirlo es mediante la educación y la religión, explicaba la semana pasada el intelectual Bilal Talidi en el diario At Tajdid, órgano oficioso del partido islamista. Para ello hay que depurar programas de televisión y enseñanzas que abogan, según él, por “una normalización sexual”. Así se evitará que “sean jurídicamente sancionados aquellos que hayan hecho lo que los programas les inculcan”.

Mayssa Salama Ennaji, una famosa escritora islamista, condena también el acoso pero solo “si la víctima viste púdicamente”. Si va con ropas ligeras se está “colocando combustible cerca de una fuente de calor y es lícito preguntarse después por qué prendió el fuego”. “Proclamo mi total solidaridad con los hombres que viven a diario un calvario en la vía pública (…) al ver a esas chicas desnudas o semi desnudas”, concluye.

Estos testimonios y otros en las redes sociales —“¡Si no quieres que te piropeen lleva burka!”— demuestran que la sociedad marroquí es conservadora. Los jueces también lo son. Algunos de ellos se resisten aun a aplicar varios aspectos del código de familia (Moudawana) aprobado en 2004 gracias al impulso del rey Mohamed VI. El código otorga mayores derechos a las mujeres.

“La emancipación se produjo en los textos de ley, pero no en las mentalidades”, se lamenta la periodista Leila Ouarzy. Para evitar que se reproduzca con la prohibición del acoso lo que pasó con la Moudawana preconiza “que la ley sea adoptada por unanimidad en el Parlamento y, sobre todo, que los decretos de aplicación se elaboren rápidamente” para que los jueces no tengan margen de maniobra.

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