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Berlín abre ‘coffee shops’ contra el trapicheo

Los responsables de un distrito pretenden acabar con la venta ilegal extendida en uno de los grandes parques. "Llegó el momento de aplicar otras soluciones”

Los berlineses tendrán a su disposición la compra de marihuana y hachís para fumarla tranquilamente en un bar. Alemania estrena coffee shops. Así lo han decidido los gobernantes de uno de los distritos de la capital, el de Friedrichshein-Kreuzberg, para acabar con el negocio clandestino y la criminalidad que rodea el consumo ilegal de estas sustancias. La iniciativa se aprobó por unanimidad, tras presentar su iniciativa la alcaldesa del distrito, Monika Herrmann, de Los Verdes. Ha sido necesario revolucionar el marco legal que prohíbe la comercialización y tenencia de drogas suaves en el país.

El famoso parque Görlitzer, una amplia y popular área verde se ha ido convirtiendo con el tiempo, para hartazgo de los vecinos, en el mayor mercado de venta de drogas de la ciudad, un negocio controlado por la mafia libanesa y cuyos vendedores provienen en su mayoría de países africanos.

Ahora se ha cambiado el trapicheo callejero por establecimientos autorizados. Monika Herrmann calificó la medida aprobada por la asamblea del distrito como un primer paso destinado a subsanar el fracaso de la prohibición que afecta al consumo de la marihuana en el país. “Llegó el momento de aplicar soluciones fuera de lo común”, dijo, al justificar la idea de abrir los famosos coffee shops en los alrededores del parque. Los vendedores, aseguran, gozan de una total impunidad a la hora de ofrecer la droga a los vecinos del parque y los turistas a pesar de las incontables redadas que ha hecho la policía en el lugar.

El negocio ilegal lo controla la mafia libanesa y los vecinos están hartos

Según un informe del Gobierno de Berlín, en los primeros nueve meses del año, la policía llevo a cabo 113 operativos destinados a impedir la comercialización de la droga en el parque. Aunque más de 500 personas fueron detenidas y están sometidas a un proceso judicial, el comercio continúa.

La venta de droga en el parque floreció en el verano pasado, una realidad que obligó a las autoridades a tomar nuevas iniciativas. Los concejales de la CDU, por ejemplo, propusieron reforzar la presencia de la policía y crear controles de acceso al parque. Los Verdes, en cambio, apostaron por un cambio radical y propusieron la apertura de coffee shops, bajo reglas estrictas y sin perder de vista el control de la venta de la droga.

Según la nueva iniciativa, que debe ser aprobada por el Instituto Federal de Medicamentos y Dispositivos Médicos, los futuros clientes deberán demostrar que son mayores de 18 años y en los locales habrá expertos encargados de aconsejar sobre los posibles daños que implica el consumo de la droga.

Aún no está claro si la iniciativa del municipio tendrá éxito y un portavoz del Instituto Federal de Medicamentos tampoco fue capaz de dar una opinión al respecto. “Es la primera vez que se hace una propuesta similar y, por tanto, no se puede decir si será aprobada o rechazada”.

Pero los gobernantes del Ayuntamiento de Berlín, aunque calificaron al parque de Kreuzberg como el “epicentro” del comercio de drogas de la ciudad, creen que la zona necesita algo más que una fuerte presencia policial y solicitaron al distrito nuevas ideas para estabilizar la zona y dar mayor calidad de vida a los vecinos. “Pero la idea de crear coffee shops no es una solución”, admitió el responsable de Interior, Frank Henkel, en un comunicado enviado a este periódico. “La banalización de drogas peligrosas no soluciona el problema”.

La respuesta de Monika Herrmann es categórica: “Deberían autorizarse coffee shops en todo Berlin”, dijo. “Tampoco hay que olvidar que la marihuana que podría vender el Estado es de mejor calidad que la ilegal”.

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