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El telescopio ‘Hubble’ capta posibles geíseres en Europa, la luna de Júpiter

Los chorros se activan cuando el satélite está cerca del planeta debido a la fuerza gravitatoria

Ilustración de una pluma de de agua en Europa, una de las lunas de Júpiter.
Ilustración de una pluma de de agua en Europa, una de las lunas de Júpiter.

Europa, una de las cuatro lunas que Galileo descubrió en torno al planeta Gigante Júpiter, llama poderosamente la atención de los científicos porque debe tener un océano de agua líquida bajo la capa helada que lo cubre. Ahora parece que incluso salen plumas de vapor de agua, como geiseres de 200 metros de altura, de vez en cuando, en su polo sur. Así lo sugieren unas observaciones realizadas con el telescopio espacial Hubble hace un año, cuando captó excesos de hidrógeno y oxígeno en dos zonas del hemisferio meridional del satélite galileano. El científico Lorenz Roth y sus colegas lo explican hoy con detalle en la reunión de la Unión Americana de Geofísica, que se celebra en San Francisco, al tiempo que publican su artículo correspondiente en la revista Science.

El Hubble también se apuntó hacia Europa en 1999, pero no se detectaron entonces esas señales que los investigadores interpretan como plumas. Esto ayuda a explicar el proceso que desencadena el fenómeno, señalan Roth y sus colegas. Los chorros duran unas siete horas y debe estar en acción la potente fuerza gravitatoria de Júpiter, de manera que se forman los geiseres cuando esa luna está, en su órbita, cerca del planeta y desaparecen cuando se aleja. Las fuerzas de marea están jugando un papel esencial en el fenómeno al abrir fracturas en la superficie por las que sale el vapor de agua a presión, apunta Science. Así, las plumas no observaron ni en 1999 ni en noviembre del año pasado, cuando Europa no estaba en su máxima proximidad a Júpiter, pero sí en diciembre de 2012, cuando estaba casi en su máxima distancia.

Los geiseres de Europa pueden ser similares a los que se producen en la luna de Saturno Encélado, donde escapan emisiones de vapor a alta presión por fracturas muy finas de la corteza y, efectivamente, recuerdan estos investigadores, se ha observado recientemente que esos chorros son más activos cuando ese satélite natural está cerca más cerca del planeta de los anillos.

“La excepcional morfología de la superficie de Europa sugiere la existencia de una capa de agua líquida bajo la corteza helada, lo que ha sido confirmado independientemente por medidas tomadas con magnetómetros”, explican Roth (Southwest Research Institute, EE UU) y sus colegas en su artículo científico. Sin embargo, recuerdan que no se ha observado directamente actividad geológica en el presente con las misiones Voyager (de sobrevuelo de Júpiter) y Galileo (en órbita del planeta), ni en otros datos. Esa luna tiene una leve atmósfera que fue detectada, en 1995, por el Hubble en ultravioleta.

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