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La mitad de los jóvenes aceptaría cualquier empleo sin importar el salario

El 85% ve oportunidades laborares en el extranjero y el 79,2% sienten la necesidad de estudiar más

Casi la mitad (48,6%) de los españoles de 18 a 24 años aceptaría cualquier trabajo sin importar ni el lugar ni el sueldo. De hecho, el 84,9 % considera muy o bastante probable tener que irse al extranjero; y el 79,2% cree que no le queda más remedio que seguir estudiando. La gran mayoría está convencida de que, al menos en un futuro próximo, tendrá que depender económicamente de su familia, según los datos de un informe del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud titulado Los jóvenes en la sociedad del futuro y promovido por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).

En el estudio los expertos señalan que "la estructura socioeconómica española condiciona un mercado laboral muy frágil, en el que los jóvenes son especialmente vulnerables". La mayoría de quieres tienen estudios primarios o inferiores están en paro (51,5 %) o solo trabajan (43,6%). Los encuestados opinan también que lo más necesario en este momento es contar con ayudas para encontrar un empleo. Un 40% argumenta la urgencia de incentivos para las empresas y leyes que mejoren las condiciones.                                                                                                             

"La falta de trabajo ha puesto en duda la continua preparación profesional. Diez años atrás, en tiempos de bonanza, estudiar significaba conseguir un mejor porvenir, pero ahora los jóvenes opinan que ir a la universidad no garantiza nada. A pesar de que ellos dicen no tener claro su futuro económico sienten la necesidad de adaptarse a los cambios, pero aún no saben cómo", explica Eusebio Megías, director técnico de la FAD.

El estudio basado en 1.000 entrevistas realizadas a muchachos de 18 a 24 años y ocho grupos de discusión entre abril y noviembre de 2012, analiza cómo estos viven una aparente ruptura del "contrato social". Entre las dificultades detectadas por el estudio están: el desempleo, la emancipación, la inseguridad y confusión. "La encuesta muestra a una generación sin un espacio concreto y con pocas posibilidades, que tiene que buscarse la vida para sobrevivir", agrega Megías.

La investigación concluye además que la actual crisis no afecta en igual medida a todos sino que agudiza la brecha social. Para aquellos de clase media-alta, con estudios universitarios, la situación económica de España supone solo trabas a la hora de conseguir cumplir sus metas. Para los de clase baja y sin estudios, dicha crisis se traduce en falta de oportunidades.

Para no volver a un pasado de desigualdades, el segundo director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción J. Ignacio Calderón Balanzategui opina que "hay que cambiar el chip. No referenciar lo que éramos. No se trata de volver a lo que hacíamos en los tiempos de bonanza porque hay cosas que hemos perdido y que no vamos a recuperar". Un cambio en el tejido social que los encuestados responsabilizan al Gobierno y a los partidos políticos, seguido de los banqueros y los empresarios. "Se ha roto la segunda parte del compromiso entre los jóvenes y la sociedad, ya que el sacrificio, la formación y el esfuerzo de los chicos y chicas por encontrar su camino no tiene contrapartida", según Calderón.

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