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Los médicos denuncian el colapso de las urgencias en el hospital de Toledo

Dos pacientes fallecieron en los pasillos del centro el pasado diciembre, según los facultativos La consejería asegura que murieron en un box de paradas y fueron tratados correctamente

Los médicos del Complejo Hospitalario de Toledo denunciaron en diciembre pasado el colapso del servicio de urgencias, que había llegado, según escribieron y firmaron, “a un punto insostenible” en una semana, la del día 20, en la que fallecieron dos pacientes, dicen, en los pasillos. Los facultativos alertaron por carta al Colegio de Médicos de Toledo de la situación y también enviaron, al menos, un parte al juzgado de guardia, según documentación consultada por este diario.

Los médicos afirman, tal y como ha adelantado hoy la Cadena Ser, que los dos pacientes murieron en los pasillos. Sin embargo, la dirección del hospital ha afirmado en una nota que no fue así. Estas dos personas, dos mujeres de 91 y 100 años, “fallecieron en la sala de Reanimación de Urgencias después de que empeorara su situación”. La nota confirma que en los dos casos estaban pendientes de ser trasladadas a planta y subraya que “se encontraban en todo momento atendidas por el personal sanitario, una a cargo de Traumatología y otra en Geriatría”.

La dirección del centro hospitalario explica que una de las pacientes fue diagnosticada de fractura de cadera en menos de hora y media de ingresar en el servicio de Urgencias, y que falleció “en el box de Paradas momentos después”. La segunda paciente sufrió un empeoramiento de su infección respiratoria y murió “también en el box de paradas de Urgencias, según certifican los facultativos que atendieron a estas dos pacientes”.

“No podemos atender a los pacientes del servicio de urgencias por falta de camillas y espacio libre”, denunciaron los médicos de Urgencias al juzgado de guardia. En la carta enviada al Colegio profesional hablan de la “situación caótica del servicio” con “sobresaturación de pacientes pendientes de ingreso en planta, como media 20 pacientes al día, que compromete la adecuada asistencia”. Añade “incorrecciones e incluso imposibilidad de administrar los tratamientos prescritos, falta de dignidad de los pacientes, importantísimas demoras en la valoración de pacientes graves”, etcétera. Fuentes sindicales han asegurado a este diario que la situación se normalizó posteriormente.

Sin embargo, los problemas en las Urgencias del hospital de Toledo no son nuevos. En una serie de documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS se aprecia cómo también en junio y julio de 2012 y agosto de 2013 el personal denunció repetidamente cómo las instalaciones estaban tan saturadas por no poder enviar a los pacientes ya diagnosticados a las habitaciones, que no se estaban reuniendo “los requisitos mínimos para una asistencia de calidad”. El personal sanitario dirigió varios escritos a la gerencia del hospital alertando de la situación de “sobrecarga” y pidiendo “medidas para paliar la situación”.

Los escritos, muchos con el mismo redactado, firmados con nombre, apellidos y DNI del personal sanitario, van desgranando cada día cuántos pacientes pendientes de ingreso (es decir, diagnosticados, pero sin cama asignada) hay. Las cifras varían entre 12 y 30. “Se hace difícil la vigilancia de los pacientes”, aseguran, puesto que están en dependencias “no habilitadas” como pasillos o salas de espera de trauma. Las quejas reiteradas de los facultativos también llegaron al juzgado de guardia. El juzgado de instrucción número 3 de Toledo decretó el archivo de las denuncias en octubre de 2012 al “no constatarse daño o lesión concreta”.

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