_
_
_
_
_

“Su cirugía se ha suspendido por falta de personal”

Un hospital madrileño anula la operación programada a una paciente porque no había anestesista La sanidad pública española ha perdido 53.000 empleos en dos años

Elena G. Sevillano
Raquel Moreno, ayer en Madrid.
Raquel Moreno, ayer en Madrid. uly martín

Raquel Moreno, de 47 años, llegó puntual a su hospital, el Gregorio Marañón de Madrid, a las 8.15 del 18 de marzo, como le habían indicado. En ayunas desde la noche anterior, fue a Admisión, recogió los papeles, subió a la habitación asignada y le entregaron el camisón y el resto de enseres necesarios para ducharse. Estaba lista para entrar a quirófano y que la operaran de una hernia que, aunque “no es de vida o muerte”, relata, amenaza con provocarle unos intensos dolores y llevarla de urgencias si sigue sin intervenirse. “Entonces me dijeron que la operación se suspendía, que no había anestesista”, cuenta. El informe de alta lo corrobora: “Su cirugía se ha suspendido por falta de personal”, escribieron los facultativos.

A Moreno la mandaron de vuelta a casa con la hernia paracolostómica sin intervenir: “Se contactará telefónicamente con la paciente para reprogramar [la operación] a la máxima brevedad”, añade el informe de los cirujanos, que recoge la fecha de ingreso y la de alta —la misma, el 18 de marzo—, el servicio —“cirugía general 3”— y el número de la cama en la que estaba ingresada. “Al alta reiniciará toda su medicación habitual”, concluye el texto. La mujer asegura que la explicación que le dio el personal fue que una operación del día anterior se alargó mucho y que por eso no había anestesista. Y añade que no se explica cómo, con los problemas de lista de espera que sufre Madrid —disparada hasta los 71.000 pacientes en septiembre pasado, récord histórico—, puede estar un quirófano parado una mañana.

El informe de alta de la paciente.
El informe de alta de la paciente.

Un portavoz del hospital reconoció ayer que la intervención de Moreno fue suspendida, pero no precisó cuántas operaciones programadas más dejaron de realizarse. También confirmó que fue la falta de un anestesista lo que provocó que ese quirófano no estuviera operativo y lo atribuyó a que el día anterior otra cirugía de cáncer se prolongó durante 16 horas, hasta las dos de la madrugada, y que “por seguridad se decidió que el equipo descansara y se pospusieran las operaciones programadas”. Añadió que la operación de Moreno, que “no es grave”, se volverá a programar “en breve”. El portavoz no precisó si es habitual que se suspendan intervenciones en jornada laboral ordinaria por este motivo ni si ha ocurrido en más ocasiones que no se pueda reemplazar a un profesional.

Para Marciano Sánchez-Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública, este caso ejemplifica el problema que están creando en los hospitales los recortes de personal: “Cuando se funciona con plantillas al límite, cualquier situación perfectamente previsible como la falta de un profesional genera estos problemas. Antes había suficiente personal de reserva y se podían cubrir estos huecos o redistribuir las operaciones en otros quirófanos”. “Es un caso de mala organización y planificación”, concluye, y recuerda que el sistema sanitario público “ha perdido 53.000 trabajadores” en los dos últimos años.

Moreno decía ayer en su casa, en Vallecas, que está esperando a que la vuelvan a llamar para ofrecerle otra cita, y que confía en que sea en su hospital, el Gregorio Marañón, y no en una clínica privada. Asegura que las enfermeras le dijeron que al menos a otro paciente de su planta también le habían suspendido la operación esa misma mañana. Como resultado de un accidente, a Moreno la operaron hace años para practicarle una colostomía —una abertura en la pared abdominal que permite la salida de las heces— que cada cierto tiempo le provoca una hernia, uno de los problemas más comunes tras una intervención de este tipo.

“Ni los médicos ni las enfermeras tienen la culpa de nada de todo esto”, insiste Moreno, que ya ha sido intervenida varias veces en este hospital y dice estar muy contenta con la atención que ha recibido. De su personal asegura que le “ha salvado la vida”. “Es un problema de administración, de gestión”, afirma. La paciente, animada por los propios trabajadores, ha presentado una reclamación en el centro. “La queja no la he puesto contra los médicos, lo he dejado claro en la explicación, sino contra la gestión que permite que, al estar el hospital tan escaso de personal, una complicación el día anterior provoque que un quirófano esté parado”, asegura. “No me ofrecieron esperar a la tarde, ni pasar la noche allí y operarme al día siguiente. Supongo que ya tenían cirugías programadas que no se podían cambiar”, concluye.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_