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Japón autoriza el primer retorno de los evacuados de Fukushima

300 ciudadanos regresan a sus casas en la zona de exclusión de la nuclear Los afectados se debaten entre el miedo a la radiación y la falta de trabajo

Un guarda de seguridad sostiene una bandera que dice "¡Pare!" en un puesto de control de Fukushima.
Un guarda de seguridad sostiene una bandera que dice "¡Pare!" en un puesto de control de Fukushima.I. K. (REUTERS)

Algo más de tres años después de la catástrofe nuclear de Fukushima, Japón ha autorizado a regresar a vivir de forma permanente en sus casas a unos pocos de los miles de ciudadanos que fueron evacuados de los alrededores de la central atómica debido a las fugas radiactivas. La decisión, vigente desde el martes, afecta a 357 personas de 117 familias de Miyakoji, un pequeño distrito de la ciudad de Tamura —situada a 220 kilómetros al noreste de Tokio— que fue desalojado porque se quedaba dentro de la zona de exclusión de 20 kilómetros en torno a la planta. Se ha autorizado su regreso, según las autoridades, porque los niveles de radiación en esta área son lo suficientemente bajos para poder vivir en ella.

Yukei Tomitsuka, alcalde de Tamura, se muestra feliz por que sus ciudadanos por fin puedan regresar a casa. “Ha sido un periodo largo, supondrá un nuevo comienzo”, defiende. Pero no todos harán uso de esos permisos. El temor a los efectos de la radiación y la falta de empleo están entre las principales preocupaciones de sus vecinos. “Muchos de nuestros amigos y vecinos no van a volver”, asegura Kimiko Koyama, de 69 años, a Reuters. La mujer volverá a habitar, junto a su marido, Toshio, de 72 años, la casa de campo en la que han vivido durante más de 50 años. Pero su hija no está dispuesta a dar el mismo paso. “No hay trabajo. Es incómodo y los jóvenes tienen miedo de la radiación (...) Mi hija no va a traer a nuestros nietos aquí por ese temor”, añade la mujer.

Miyakoji, situada en medio de colinas y campos de arroz, es la primera zona abierta tras los trabajos de descontaminación de ese perímetro de 20 kilómetros. El Gobierno había planeado levantar la prohibición en octubre pasado, pero se retrasó el regreso porque los vecinos no estaban convencidos. Con anterioridad se habían permitido visitas temporales dentro de esta área, y unas 90 personas habían sido autorizadas a permanecer con permiso especial, según los responsables municipales de Tamura.

Es la primera zona abierta dentro de los 20 kilómetros tras terminar la descontaminación

El terremoto que sufrió la costa nororiental de Japón el 11 de marzo de 2011 provocó un tsunami que destrozó la central atómica de Fukushima. Tres de sus seis reactores sufrieron fusiones y uno resultó dañado por las explosiones de hidrógeno, lo que desencadenó la mayor crisis nuclear que ha vivido el mundo desde Chernóbil, en 1986. Más 160.000 personas se vieron obligadas a evacuar ciudades cercanas a la planta de Fukushima Daiichi. Alrededor de un tercio vive aún en casas temporales repartidas por la prefectura de Fukushima, a la cual pertenece Tamura. Kitaro Saito, de poco más de 60 años, es uno de los afectados que ha decidido no regresar a su casa pese a contar con todos los parabienes. Sospecha que el Gobierno les está utilizando como conejillos de indias. “Mis parientes están discutiendo qué hacer”, explica mientras se calienta las manos. “La ciudad se va a dividir”, vaticina.

El proyecto para limpiar la radiactividad en Fukushima —con un presupuesto de 21.700 millones de euros— va retrasado. Los trabajadores continúan arrancando la capa superior del terreno, cortando las hojas y las ramas de los árboles, y regando los techos de las casas con mangueras para disminuir la contaminación.

Fuente: Ministerio de Comercio, Economía e Industria de Japón.
Fuente: Ministerio de Comercio, Economía e Industria de Japón.

Los niveles de radiación en determinados lugares de Miyakoji que han sido monitoreados oscilan entre 0,11 microsieverts y 0,48 microsieverts por hora en febrero, según los datos de las autoridades de Tamura. La cifra es superior a la media de 0,034 microsieverts por hora medidos en el centro de Tokio el pasado lunes. Por tener un ejemplo, un vuelo comercial entre Tokio y Nueva York expone a los pasajeros a unos 10 microsieverts por hora. Se considera que una exposición a 100 milisieverts por año es el umbral a partir del cual es evidente el incremento del riesgo de sufrir cáncer (1 milisievert equivale a 1.000 microsieverts).

"Cáncer poco probable"

La ONU difundió ayer un estudio que considera poco probable que aumenten los casos de cáncer tras el desastre de Fukushima. “No se esperan cambios discernibles en las futuras tasas de cáncer y enfermedades hereditarias por la exposición a la radiación”, indicó el Comité Científico de Naciones Unidas sobre los efectos de la Radiación Atómica. Con todo, el trabajo apunta la posibilidad teórica de que “pueda aumentar el riesgo de cáncer de tiroides entre el grupo de niños más expuestos a la radiación”. El tiroides —una glándula en el cuello que produce hormonas que regulan funciones vitales del cuerpo humano— es la parte más expuesta debido a que el yodo radiactivo se concentra en ella. Los niños están considerados como los más vulnerables.

La mayor parte de la localidad de Tamura se encuentra fuera de la zona de exclusión. La ciudad tiene una población de 38.000 personas, incluidos quienes viven en casas temporales. Los evacuados reciben actualmente una compensación mensual de 100.000 yenes (700 euros). Quienes deciden regresar a sus casas son incentivados con un pago único de 900.000 (6.300 euros). La compensación mensual será cancelada al cabo de un año para aquellos residentes de áreas en las que el Gobierno decide que es seguro volver a residir. A pesar de los trabajos de descontaminación, algunas zonas no serán habitables durante décadas.

En la actualidad, solo dos tercios, como mucho, de los 48 reactores nucleares de Japón podría superar los requisitos de seguridad impuestos tras la catástrofe de Fukushima y otras barreras económicas, logísticas y políticas para poder ser puestos en marcha de nuevo. La conclusión se extrae de un análisis realizado por la agencia Reuters a partir de datos recabados a una docena de expertos y 10 operadores nucleares. Esto significa que la energía nuclear suministraría menos del 10% de las necesidades eléctricas del país, frente al 30% antes del desastre de Fukushima.

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