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“Mi casa no tendría que temblar”

Francisco Mardones tiene un pleito abierto contra Adif porque el incremento de frecuencias de trenes trastoca su calidad de vida

Francisco Mardones, frente a su casa en Balmaseda (Bizkaia)
Francisco Mardones, frente a su casa en Balmaseda (Bizkaia)fidel raso

Francisco Mardones lleva tres años y medio sin poner el despertador. “A mí me levanta el tren. Duermo a un metro de la vía y cada vez que pasan la casa tiembla, y no tendría que hacerlo”, relata por teléfono desde Balmaseda (7.200 habitantes, Bizkaia). Los días laborables, su casa comienza a vibrar a las 5.30. En fin de semana, a las 6.30. “Encima de mi mesa pongo agua y se mueve, es como un pequeño terremoto, pero 60 veces al día, y no deberíamos tener esta situación”, se lamenta.

Cuatro familias de esta localidad han denunciado a Adif, responsable de la gestión de la red ferroviaria, por un incremento de las frecuencias del Cercanías Bilbao-Balmaseda, y el precario estado de la vía. “Antes comenzaban a pasar a las diez de la mañana y eran seis o siete trenes. Sabemos que no podemos impedir que pasen, pero creemos que hay que arreglar las vías porque esta situación es injusta”, reclama.

Cuando la familia de Mardones compró su vivienda, un segundo piso, ya estaban el tren y las vías, pero la instalación de un nuevo apeadero en 2009 y de dos pasos a nivel ha alterado por completo sus vidas. “No nos dejan hacer vida”, se queja Francisco. El bloque tiene ocho plantas. “Hay afectados seis o siete portales, pero cuando comienzas un proceso de estos te genera una ansiedad añadida, te enfrentas al Estado”, resume el afectado, que comprende que no todos hayan recurrido a la vía judicial.Alfonso Terceño, su abogado, da fe de que cuesta mucho denunciar.Estos vecinos, por ejemplo, aguantaron tres años antes de dar el paso. “Solo la desesperación te lleva a hacerlo”, aporta el letrado. “Esto no es un lujo, se pleitea porque está en juego tu calidad de vida”, añade.

Después de una reclamación administrativa en la que no obtuvieron respuesta, fueron a los tribunales centrales de lo contencioso administrativo de Madrid. Las familias piden una compensación económica por daños morales y que se pongan medidas para que el ruido sea menor. “Esas vías están obsoletas, tienen más de 100 años”, comenta el letrado. Adif prefiere no comentar el caso. “Serán los tribunales los que decidan”, se excusan.

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