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Stanford desinvierte en compañías que contaminan el planeta

La universidad de Estados Unidos se desprenderá de 18.700 millones de dólares en acciones procedentes de la explotación del carbón

Un niño trabaja en una mina en Afganistán
Un niño trabaja en una mina en AfganistánFarshad Usyan (AFP)

La universidad estadounidense Stanford se desprenderá de 18.700 millones de dólares en acciones de compañías que explotan el carbón. Esta medida la convierte en el primer centro de estudios importante que apoya la campaña que se promueve en Estados Unidos en favor de deshacerse de las acciones y los fondos de inversión en combustibles fósiles, asociados con el calentamiento global del planeta.

La decisión ha sido tomada en coherencia con sus principios éticos y su línea de actuación interna, que recomienda a la hora de invertir tener en cuenta “cuando las políticas y prácticas corporativas producen daños sociales”. Tal es el caso del carbón, una de las principales fuentes energéticas asociadas a la polución ambiental, responsable del cambio climático.

Lisa Lapin, vicepresidenta asociada de la universidad en calidad de portavoz de comunicación, ha señalado que “la decisión implica desinvertir en 100 compañías de todo el mundo que obtienen la mayoría de sus ganancias procedentes de la extracción de carbón”.

Las acciones de Stanford en este combustible fósil suponen 18.700 millones de dólares, una fracción pequeña de toda su cartera de inversiones, “pero aun así una sustancial cantidad de dinero que sobre todo tiene un peso simbólico, más que financiero”, apunta Lapin.

La medida implica también una victoria para un movimiento estudiantil que está creciendo rápidamente, estando ahora activo en 300 universidades, y que pide desinvertir en compañías de combustibles fósiles.

Al menos once pequeñas universidades han procedido a liquidar sus acciones en la industria del carbón. Pero hasta ahora ninguna de la talla y el prestigio de Stanford había dado ese paso. Harvard se ha resistido hasta el momento, pese a la presión de los estudiantes que la pasada semana bloquearon la entrada de las oficinas de administración del centro para protestar y promover inversiones éticas con el medio ambiente.

Fossil Free Stanford es el nombre del movimiento que ha conseguido la victoria en pro de las desinversiones. En palabras de su organizador Yari Greaney, un estudiante de 20 años, “estamos muy orgullosos de que Stanford encabece este movimiento”.

Bill Mckibben, el presidente y cofundador del grupo medioambiental 350.org ha elogiado a Stanford por la decisión y el impacto que una institución de su prestigio crea a la hora de seguir el ejemplo.

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