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Una revolución tras la de los tratamientos personalizados

La inmunoterapia se presenta como la última novedad en oncología

El cáncer de pulmón es candidato al tratamiento con inmunoterapia.
El cáncer de pulmón es candidato al tratamiento con inmunoterapia.Scott Camazine

Cuando todavía no se ha exprimido del todo el potencial de las terapias personalizadas contra el cáncer, la inmunoterapia ofrece nuevas posibilidades. Las primeras consisten en ajustar los tratamientos en función de los perfiles genéticos de los afectados. El Herceptin (Roche), indicado para tumores de mama con el gen mutado HER2, abrió hace ya más de 15 años el paso a una nueva serie de antitumorales. La idea era que las células tumorales tenían mutaciones específicas. Al diseñar fármacos que las identificaban y bloqueaban en función de esas peculiaridades, se conseguía tratar la variante concreta de cáncer que tenía el paciente sin someterle a terapias que no iban a funcionar y con menos efectos adversos.

La inmunoterapia parte de otra idea: como las células tumorales son distintas del resto, si se enseña al sistema inmunitario a detectarlas, podría eliminarlas. “Va a ser lo más importante para las personas con cáncer” en la próxima reunión de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que comienza el 30 de mayo, opina Fouad Namouni, investigador del laboratorio BMS, que presentará resultados de dos fármacos para inmunoterapia: ipililumab y nivolumab. “El sistema inmune lo regula todo y ve todo lo que está mal”, explica. “Esa es la función de las células T, deshacerse de lo que está mal. Y tienen la ventaja de su memoria, por lo que mantienen el cuidado con el tiempo”. El problema es que las células tumorales tienen la capacidad de desactivarlas, dice Namouni. Con la inmunoterapia lo que se busca es “encenderlas de nuevo”.

Hay muchos mecanismos para actuar, y los fármacos de BMS —que junto a Roche y Merck lideran esta área— utilizan dos. Uno, previene ese apagado (el ipililumab); el otro favorece que las células T-4 proliferen (el nivolumab). El laboratorio los está experimentando en melanoma avanzado, cáncer renal y, para su propia sorpresa, han visto que puede funcionar también en algún tipo de cáncer de pulmón.

Estas y otras moléculas de la competencia están todavía en fase de investigación. Como siempre, se prueban primero en casos muy graves, con la idea de ir utilizándolas de manera general, incluso como primera línea de tratamiento. “Esperamos que sea una revolución”, dice Namouni.

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