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La ultraderecha se lucra con la privatización sanitaria en La Rioja

El grupo Viamed, que controla la familia del fallecido Blas Piñar, recibirá este año 15 millones de euros del Gobierno de Pedro Sanz

Manifestación de la 'marea blanca' contra la privatización de la sanidad madrileña.
Manifestación de la 'marea blanca' contra la privatización de la sanidad madrileña. ULY MARTÍN

La familia del fallecido líder ultraderechista Blas Piñar y otros destacados miembros de la extrema derecha son los principales beneficiarios de la privatización de los servicios sanitarios en La Rioja, impulsada por el Gobierno de Pedro Sanz, del PP, según revela el libro “Su Salud, nuestro negocio”, de la periodista de la Cadena SER Mariela Rubio.

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El vicepresidente de Viamed Inversiones es Rafael López Diéguez Gamoneda que, además de yerno de Blas Piñar, es secretario general del partido ultra Alternativa Española (AES). Su hijo, Rafael López Diéguez Piñar, es responsable del área de ambulancias del grupo; y su hermano, Marcial López Diéguez Gamoneda, ocupa el cargo de consejero delegado. La representación legal de Viamed corresponde al despacho RLD Abogados, donde trabaja el exmagistrado Fernando Ferrín Calamita, que fue expulsado de la carrera judicial por conducta “homófoba y prevaricadora”.

Viamed es la principal concesionaria de los servicios sanitarios en La Rioja: gestiona en régimen de concesión el Centro Sociosanitario de Convalecencia Virgen del Carmen, en Calahorra, y la residencia Los Jazmines, en Haro. También es propietaria de dos centros privados concertados, el hospital de los Manzanos y el Policlínico Valvanera, y del servicio de transporte sanitario en toda la región. En total, recibirá este año de los presupuestos autonómicos más de 15 millones de euros.

El vicepresidente del grupo es es yerno de Blas Piñar y líder de un partido de extrema derecha

El vicepresidente de Viamed y secretario general de AES se presentó a las últimas elecciones europeas en la lista de la coalición “Impulso Social”, que proponía la prohibición total del aborto y, curiosamente, la desgravación fiscal para los usuarios de la sanidad privada. En 2004, instigó las protestas contra la obra “Me cago en Dios”, de Íñigo Ramírez de Haro, por “blasfema”. Dos sobrinos suyos fueron detenidos por agredir a su autor y provocar destrozos en el teatro Bellas Artes de Madrid.

El mismo libro revela que la valenciana Ribera Salud y la portorriqueña HIMA San Pablo, dos de las firmas que pujaron por la privatización de seis hospitales de la Comunidad de Madrid, paralizada por los tribunales, compartieron directivo durante el proceso de licitación. Santiago Delgado, adjunto a la gerencia del hospital que Ribera Salud tiene en Vinalopó (Valencia), fue fichado como vicepresidente de la filial española de la compañía portorriqueña. Sin embargo, Delgado no se desvinculó de Ribera Salud, a la que se reincorporó el mismo día que se adjudicaron los hospitales. Este dato avala las sospechas de que no existió verdadera competencia en el concurso y que las empresas concurrentes estaban confabuladas entre sí para repartirse las adjudicaciones.

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