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La diferencia entre nacimientos y muertes es la más baja en 13 años

El crecimiento vegetativo se encogió el año pasado hasta las 36.181 personas El INE refleja una caída en el número de matrimonios del 27% en una década

Fuente: INE
Fuente: INEEL PAÍS

La caída de la natalidad, el aumento de la expectativa de vida y la reducción de la inmigración definen el escenario demográfico de España. Cada vez nacen menos niños (425.390 en 2013, un 6% menos que en 2012), y la diferencia entre el número de partos y fallecimientos sigue encogiéndose en su tendencia a igualarse hasta arrojar el saldo más bajo desde el año 2000, como refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el informe de indicadores demográficos de 2013 (aún provisionales) que ha difundido este martes. En 2013 el crecimiento natural se redujo hasta las 36.181 personas frente a las 52.226 de 2012, muy lejos de las cifras del boom demográfico que trajo la inmigración cuando, en 2008, hubo 134.305 nacimientos más que muertes.

Desde 2012 España pierde población por la fuga de habitantes, fundamentalmente inmigrantes. Sin embargo, y a pesar de la caída, los nacimientos aún compensan a los fallecidos. Los datos difundidos ayer indican que se acerca el día en que la curva de nacimientos (en descenso) y de muertes (a medio plazo, en descenso) se cruzarán, habrá menos alumbramientos que defunciones y –de mantenerse las tendencias de migraciones actuales- se agudizará la pérdida de población. Según las previsiones del INE difundidas en estudios anteriores, esto sucederá muy pronto: en 2017 habrá por primera vez más muertes que partos.

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Hay varios aspectos que explican este horizonte, como detalla el INE en el trabajo difundido este lunes que se limita a estudiar el movimiento natural de la población (nacimientos, defunciones y matrimonios). La ecuación de la demografía de un país está integrada por tres factores: los nacimientos (que suman), las muertes (que restan) los movimientos migratorios (que suman o restan). El trabajo anunciado ayer aborda solo los dos primeros ingredientes.

El retroceso en el número de partos es una de las principales causas que describen la situación actual. El año pasado hubo 425.390 nacimientos (un 6,4% menos). Es el quinto año consecutivo de disminución de alumbramientos. Si se toma como punto de referencia el año 2008 (519.779), la caída es del 18%. Ello se explica por la menor fecundidad entre las residentes en España (el número de niños por mujer cae a 1,26 frente al 1,44 de 2008) y porque cada vez hay menos mujeres en edad fértil (al incorporarse a esta condición las mujeres nacidas durante la crisis de la natalidad de los años ochenta y noventa).

La razón de que todos estos índices vayan a la baja tiene mucho que ver con la crisis económica, según Teresa Castro, demógrafa del centro de ciencias humanas y sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). “La fecundidad es muy muy baja, estamos en los niveles más reducidos de Europa”, apunta. España se encuentra en el grupo de Italia, Portugal o Italia y del Este de Europa, con unos índices más cercanos a un hijo por mujer que las tasa del norte de Europa, más cercanas a los dos hijos. “Estos datos reflejan claramente la falta de empleo: los países que van [económicamente] bien y los que no”, añade.

La esperanza de vida ha aumentado en 2013 hasta los 82,8 años.
La esperanza de vida ha aumentado en 2013 hasta los 82,8 años.EFE

El mismo motivo explica que se siga alejando la edad a la que se es madre en España: la media (de todos los hijos, no solo el primero) ya está en 32,2 años, 0,6 décimas más alta que en 2012. El primer hijo se tiene a los 30,9 años, como destaca Castro, una edad, de nuevo, “muy elevada”.

Mientras caen los nacimientos, se estira la expectativa de vida, que aumentó el año pasado en 0,6 años hasta situarse en los 82,8 (80 años los hombres; 85,6 las mujeres). Estos datos son los mayores de la serie histórica y dejan en una anécdota la ligera caída que se produjo en 2012 respecto a 2011. La evolución de los últimos cuatro años arroja un saldo global de crecimiento claro al pasar de 82,1 años en 2010 a 82,3 (2011); 82,2 (2012) y 82,8 (2013).

En contra de la tendencia de los últimos años, se ha reducido la tasa de mortalidad. Sin embargo, la caída de los nacimientos mantiene tal ritmo que esta contención en los fallecimientos no es capaz de revertir el crecimiento vegetativo y, por ello, el envejecimiento de la sociedad española.

Los datos del INE muestran cómo se consolidan otras tendencias demográficas en España como la reducción del número de matrimonios (155.098). La disminución es del 8% respecto a 2012, aunque mucho más relevante respecto hace diez años: comparada con 2003 el retroceso es del 27%.

Más allá de los efectos que pueda tener la situación económica, la investigadora del CSIC explica que cada vez es más habitual que las parejas primero convivan, se inscriban como parejas de hecho y, si finalmente lo deciden (generalmente después de tener hijos) dan el paso de formalizar la situación y pasar por el juzgado (o la Iglesia).

“En Europa, este comportamiento es la norma”, comenta. Por ello, no se puede concluir que el descenso del número de matrimonios suponga que haya menos uniones.

Otros estudios apuntalan esta reflexión. El censo de población de 2011 del INE muestra cómo respecto a los diez años anteriores el número de parejas de hecho con los dos miembros solteros se disparó un 250%. Además, cada vez hay más hijos nacidos fuera del matrimonio: el 39% en 2012.

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