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La mitad de los contactos de casos de ébola escapan a los controles

Piot, codescubridor del virus, dice que esta epidemia es “la tormenta perfecta”

Personal sanitario de Liberia desinfecta el calzado de personas que salen de un centro de aislamiento por ébola.
Personal sanitario de Liberia desinfecta el calzado de personas que salen de un centro de aislamiento por ébola.J. M. (Getty Images)

El lento desembarco de ayuda internacional a los países con ébola (Guinea, Sierra Leona y Liberia) ha empezado a dar claves de por qué esta epidemia está fuera de control. Con cerca de 70 personas en el terreno y la presencia de su director, Tom Frieden, el Centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC) ha apuntado a un problema clave: la falta de seguimiento a las personas que han estado en contacto con un enfermo. Lyle Petersen, director del Centro de Control de Zoonosis (enfermedades transmitidas por animales) del CDC estima que hay una infranotificación de entre el 40% y el 60%.

Los cálculos son muy sencillos. Cuando una persona llega a un hospital, parte de la historia clínica es tener la relación de los contactos del caso sospechoso. Pero una médico, Kelsey Mirkovic, ha calculado que, de media, cada enfermo da el nombre de dos personas, cuando la ocupación promedio de las casas es de cinco o seis. “Cuando sospechamos que la persona nos está mintiendo, intentamos obtener la información de los vecinos o los líderes comunitarios”, ha dicho la especialista, según recoge la Asociación Americana de Enfermedades Infecciosas. Este es solo uno de los problemas. Otro es la falta de material. La crisis del ébola ha afectado a tres países cuyos sistemas sanitarios ya eran muy débiles.

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El conjunto, en palabras de Peter Piot, codescubridor del ébola hace 38 años y exdirector de Onusida, es “una tormenta perfecta”. “La epidemia se ha disparado en países donde los servicios sanitarios no funcionan”, y donde “la población desconfía de las autoridades y de los sistemas sanitarios”. Piot también ha criticado la tardía respuesta ante la epidemia: “La alerta se dio en marzo, y pese a las demandas de Médicos sin Fronteras, la Organización Mundial de la Salud [OMS] no despertó hasta julio, asumiendo el liderazgo cuando ya era tarde”.

Este malestar se vive en primera persona en los países afectados. Por ejemplo, el enviado de la OMS a Sierra Leona, Jacob Mufunda, ha sido retirado una semana después de que el presidente del país, Ernest Bai Koroma, criticara a la organización. Una portavoz de la OMS ha dicho que se trata de una rotación rutinaria.

Los reproches de Bai Koroma se unen a los de Frieden, que ha dicho que si la reacción hubiera sido más rápida, el brote estaría controlado. El CDC, aparte de personal, ha enviado 10.000 equipos de protección, 400.000 pares de guantes, dos unidades de potabilización de agua y plástico para construir centros de aislamiento. Con ello se pretende atender mejor a los enfermos y proteger a los sanitarios que, por falta de material, las prisas y el agotamiento descuidan la propia seguridad, sumando ya unos 240 afectados y 120 muertes, el 9% del total.

Solo Nigeria, con 16 casos de un único foco, tiene buenas noticias. El jefe de su centro de control de enfermedades, Abdusalami Nasidi, ha dicho que el brote podría estar controlado en septiembre.

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