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Los médicos se rebelan ante los recortes

Un manifiesto de los colegios profesionales reafirma su compromiso de impedir que afecten a la atención a los pacientes

Que un grupo como el de los colegios de médicos se movilice no es habitual. Por eso su adhesión unánime al manifiesto contra los recortes que aprobó la asamblea de la Organización Médica Colegial (OMC) el pasado 28 de enero es una señal inequívoca del malestar de estos profesionales por la situación de recortes que se vive en la sanidad pública. Para evidenciarlo acordaron ayer leer el manifiesto de manera coordinada, con la excepción de Cataluña, Andalucía y Galicia..

El texto reafirma el compromiso con la atención: “La defensa sin reservas de la calidad del acto médico es parte fundamental de nuestro compromiso y responsabilidad con nuestros pacientes y con la sociedad en su conjunto”.

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Manifiesto contra los recortes de la OMC

La propuesta va en la línea de otras, como la del Foro de la Profesión Médica. Este está formado por los colegios, sindicatos y sociedades científicas, y ha manifestado varias veces (la última el 3 de febrero) que, si por culpa de los recortes se deteriora la calidad de la prestación, ellos serán los primeros en denunciarlo.

En el documento insisten: “La profesión médica no debe aceptar recortes en la financiación sanitaria que provoquen pérdidas de calidad en la asistencia a sus pacientes, especialmente cuando sus efectos recaen en los más pobres, débiles, ancianos, desfavorecidos e indefensos”. “El médico debe rechazar los recortes indiscriminados, desproporcionados, denunciar sus consecuencias y rebelarse ante ellos. Los médicos estamos obligados a denunciar las deficiencias, en tanto puedan afectar a la correcta atención de los pacientes”, indican.

El texto también tiene una parte de reivindicación laboral: “La precariedad y la falta de oportunidades obliga a los médicos a buscar trabajo fuera de España, lo que supone un despilfarro económico e intelectual”. Y señalan que están “muy preocupados sobre las consecuencias de los recortes en dos colectivos médicos especialmente vulnerables por ser el futuro del sistema nacional de salud como son los médicos en formación MIR y los dedicados a investigación”.

Los colegios han querido dar especial relevancia a este manifiesto, que llega cuando el sector está movilizado en muchas partes contra los ajustes de las comunidades. Los primeros fueron los de Cataluña ya el año pasado, cuando la Generalitat anunció recortes que han llevado a cerrar ambulatorios y quirófanos.

Pero también ha habido acciones en otras comunidades, como la huelga de Galicia en noviembre de 2011 o las protestas —de momento en forma de concentración llamada marea blanca- en Madrid. Los siguientes, convocados a 11 días de huelga por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), serán los de Castilla y León.

El acto de lectura del manifiesto, donde se ha hecho públicamente, ha servido para que cada colegio aproveche para insistir en otros aspectos. Por ejemplo, la presidenta del valenciano, Rosa Fuster, ha indicado que la mayoría de los profesionales están de acuerdo en devolver alguna transferencia al Gobierno central.

Al margen del acto simbólico de ayer, algunos colegios llevan tiempo denunciando la situación. Por ejemplo, el de Madrid —que no hizo ningún acto público de adhesión al manifiesto— ya había llegado a un acuerdo al final de enero con la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) en el que destacaba una situación que puede generalizarse a muchas comunidades: no reposición de las plazas que quedan vacantes por jubilación (solo se hará en el 10% de los casos), supresión de los contratos eventuales, aumento de la jornada laboral en 2,5 horas semanales y el tratamiento de las bajas por enfermedad como absentismo.

Como solución, los colegios ponen en primer lugar un acuerdo nacional (el famoso pacto de Estado). Sin embargo, no todos los implicados están de acuerdo con esta postura de los médicos, no por lo que representa, sino porque puede quedarse en palabras. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública aplaude la medida, pero señala que para que sea efectiva debe haber denuncias reales cuando la atención empeore (ya ha habido un informe que señala que hay peor acceso a las innovaciones en oncología), y apuntan que espera que “no se trate solo una cortina de humo para tapar el apoyo que muchos de ellos vienen prestando a las políticas privatizadoras”.

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