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Exteriores anula la mayoría de plazas de lector en el extranjero

La AECID mantendrá las plazas en países más ricos por criterios de visibilidad y marca

La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha anulado la convocatoria de 154 de sus plazas de lectorado en el extranjero, lo que representa la mayoría de puestos del programa (211), por el cual docentes españoles imparten clases del idioma en universidades extranjeras.

La AECID ha enviado una notificación esta mañana a todos los relacionados con la convocatoria para el curso 2012-2013 (docentes que aspiraban a prolongar su plaza, preseleccionados y suplentes en el proceso) exponiéndoles la resolución. La agencia, dependiente del Ministerio de Exteriores, justifica la medida por “la falta de crédito suficiente para la concesión de las ayudas publicadas”. Cita igualmente una base de la convocatoria (la novena) en la que se establece que la concesión de las ayudas está condicionada a la existencia de crédito para los años 2012 y 2013. Las plazas suponen una asignación mensual de entre 1.300 y 1.850 euros, más una ayuda al viaje en torno a los 1.000.

La mayoría de los puestos revocados corresponden a países de África, Asia y Europa del Este. Participantes en el proyecto denuncian que la mayor parte de las plazas que se mantienen corresponden a países desarrollados (EE UU, Canadá, Australia…) o en vías de desarrollo (como Brasil, India o China), lo que contraviene directamente el espíritu del programa, centrado desde hace más de 30 años en la cooperación al desarrollo. Para los países en los que continuará desarrollándose el programa, la AECID elimina la provisión de ayudas para materiales pedagógicos.

Un portavoz de la AECID ha confirmado la anulación de la convocatoria y la ha justificado por los recortes en el presupuesto de Exteriores. Respecto a los criterios por los cuales se conservarán plazas en países que no son considerados áreas prioritarias de la cooperación española (es decir, América latina, África del Norte y África occidental) y que cuentan con mejores sistemas educativos, ha argumentado criterios de imagen, prestigio y visibilidad de la marca España. “Hay sitios en los que no se puede dejar de estar”, ha concluido. Posteriormente, otro portavoz de Exteriores ha asegurado que se trata de racionalizar recursos y concentrarlos en los enclaves que a medio plazo puedan ser más productivos para la economía española.

 Mónica Crespo, de 29 años y hasta ahora lectora en Beirut, se queja no solo del fondo del problema, sino también de las formas. "No nos han dicho nada hasta el último momento. Vivimos en el extranjero y estamos pendientes de este programa", explica por teléfono. Crespo lleva un año trabajando en la universidad de Saint Joseph, en la capital libanesa. Con la supresión de su lectorado para el curso que viene, dejará de cobrar en junio. "Voy a preguntar en la universidad a ver si se puede arreglar para que trabaje directamente para ellos, pero es difícil porque no pueden tramitarme ni el permiso de residencia ni el del trabajo", cuenta. La violación del principio que sustenta el programa también le indigna. "Los lectorados dependen de la agencia de cooperación, y ahora quieren suprimir las plazas en países pobres y mantenerlas en Estados Unidos. ¿Qué cooperación al desarrollo es esa?". Los departamentos de Filología Hispánica de numerosos países del tercer mundo se basan en el trabajo de los lectores, a los que las instituciones de acogida pagan un salario variable que, en ocasiones, es casi simbólico. El fin de la figura del lector deja en jaque la enseñanza del español en esos países.

Francisco Javier Fernández Sánchez, de 32 años, es otro de los perjudicados por la resolución. "Acabo de recibir la comunicación", explica por teléfono desde Murcia. "Me presenté para Filipinas, no estaba seleccionado y me quedé de suplente, pero esperaba a ver si algún candidato desistía".  Fernández, licenciado de Filología Hispánica, está en paro estudiando un máster de Antropología. "Mis únicas opciones para trabajar ahora son en el extranjero, y veo que me las están cercenando", cuenta. "Ya he trabajado ocho años fuera con diversos programas: en Hungría, Polonia y Alemania".

Numerosos participantes del programa están demostrando su indignación en la página que comparten en Facebook. Muchos protestan porque, a pesar de las dificultades económicas y los recortes previstos en el presupuesto del Ministerio de Exterior, la convocatoria de plazas se publicó en el BOE del 24 de febrero. Los destinatarios del programa son menores de 35 años licenciados o doctorados y con conocimientos de docencia del español. Muchos estudiantes se postulan al programa para mantenerse económicamente mientras terminan su doctorado.

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