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Europa enfría el gran proyecto de invertir 80.000 millones en I+D

La investigación recibirá un 12% menos de lo que pedía la Comisión El recorte afectará a programas de ciencia, salud, innovación y becas

Investigadores en el laboratorio de Histocell, del grupo Noray, dedicado a explorar productos innovadores para medicina regenerativa.
Investigadores en el laboratorio de Histocell, del grupo Noray, dedicado a explorar productos innovadores para medicina regenerativa.SANTOS CIRILO

La investigación es uno de los principales damnificados de la cura de austeridad que vive Europa. Los líderes europeos acordaron la semana pasada el primer recorte aplicado nunca a un presupuesto comunitario. Para el mundo de la I+D, esa decisión se traduce en un descenso aproximado del 12% respecto a los 80.000 millones que Bruselas pretendía destinar a la investigación en los próximos siete años en su programa Horizonte 2020. La rebaja se produce pese a que 44 premios Nobel habían alzado su voz para mantener intacto el proyecto de la Comisión Europea. Aun así, la cifra mejora en alrededor de un tercio la asignación dedicada a proyectos científicos en el periodo 2007-2013.

El discurso oficial europeo sitúa la investigación y el desarrollo (I+D) a la cabeza de las prioridades políticas, pero en la práctica los Gobiernos tienen menos dificultades para justificar este tipo de recortes ante sus electores. El complicado encaje de las grandes cifras europeas para los próximos siete años se logró en buena medida a costa de limitar el avance en proyectos de investigación y, a cambio, restringir menos las partidas que los países pueden exhibir como logros propios: los fondos de cohesión y los agrícolas. El resultado es que el capítulo de investigación quedará finalmente dotado con unos 70.000 millones de euros, según explican fuentes del Consejo Europeo.

“El hecho de que EE UU (con un 2,8% del PIB), Japón (3,3%) y Corea del Sur (3,4%) inviertan más en investigación y desarrollo que la UE (1,9%) es una clara señal de alarma de que Europa no debe cortar sus presupuestos de I+D”, advertían el pasado 30 de enero los líderes de las grandes empresas europeas, reunidos en la asociación industrial ERT, incluidas las españolas Telefónica, Repsol, Iberdrola e Inditex. “Los 80.000 millones propuestos para el programa marco europeo de investigación Horizonte 2020 es el mínimo necesario para la investigación y la industria europea y para que podamos dar respuesta a los muchos desafíos sociales que tenemos en esta época”, advertía la ERT en una declaración conjunta con el Consejo Europeo de Investigación (ERC).

También los 44 premios Nobel y seis medallas Field instaron a los jefes de Estado o de Gobierno a defender la propuesta de la Comisión y alertaron del riesgo de fuga de cerebros: “En caso de una severa reducción en el presupuesto comunitario de investigación e innovación corremos el riesgo de perder una generación de científicos de talento, justo cuando Europa más los necesita”.

Los líderes han desoído a 44 premios Nobel y a la gran industria

Las presiones no han tenido todo el efecto deseado. Ahora, la rebaja respecto a los 80.000 millones previstos obligará a la Comisión Europea a adaptar su proyecto al nuevo techo presupuestario.

El Horizonte 2020 es el instrumento financiero para la I+D (2014-2010) aunando las estrategias que hasta ahora la UE canaliza a través del de los grandes Programas Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico, el Programa de Innovación y Competitividad y el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología. El objetivo incluye reforzar más aún el prestigioso ERC, dedicado a la ciencia de más alto nivel.

El programa abarca, por ejemplo, la financiación de las becas Marie Curie para desarrollo de la carrera del investigador o el fomento del liderazgo industrial, con ayudas para las pymes que innoven —absorberán el 15% de la partida de I+D—. Todas esas políticas quedarán, previsiblemente, afectadas por la menor disposición de fondos.

Con la decisión del último Consejo Europeo, la iniciativa de la Comisión quedará mermada, aunque algo menos de lo que contemplaban las previsiones más pesimistas.

Las cifras que manejan las instituciones europeas no son definitivas. En primer lugar porque, tras la negociación maratoniana que mantuvieron los jefes de Estado y de Gobierno la semana pasada, el Consejo Europeo aún no ha concretado pactado. Y en segundo lugar porque en este debate tiene mucho que decir el Parlamento Europeo, por primera vez con derecho de veto sobre el presupuesto plurianual. Así que el retroceso podría ser finalmente algo inferior a ese 12%. Las fuentes consultadas no creen que sea superior, pues los países han preferido recortar más de otros proyectos ligados al crecimiento, como un gran plan de infraestructuras que promueve el transporte, la energía y el desarrollo digital en Europa, que minar más la I+D.

El Parlamento Europeo, en su Comisión de Industria, Energía e Investigación, ya expresó su apoyo por unanimidad, a finales del pasado noviembre, a la propuesta de financiación de 80.000 millones. “Si ahora \[el Consejo Europeo\] no acepta nuestra propuesta, deberá ser muy cauteloso y explicar los argumentos en que apoya su posición”, declaró Teresa Riera, miembro del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo

EE UU, Japón y Corea del Sur superan a la UE en estas políticas

Al contrario que las políticas de cohesión o las agrícolas, los fondos para financiar la ciencia no se asignan por países, sino que son competitivos y se financian los mejores proyectos, independientemente de su nacionalidad. En contra de la percepción general, España sale bastante bien parada en este terreno, pues es receptora de aproximadamente el 8% de los proyectos comunitarios. De esa manera, se coloca en el quinto puesto, por detrás de Alemania, que lidera la clasificación al acoger uno de cada cinco proyectos, Reino Unido (más del 15%), Francia (12%) e Italia, con casi el 10%, según explican fuentes diplomáticas. La participación española en este terreno, con Madrid a la cabeza, ha mejorado significativamente en los últimos años.

Otra propuesta que quedará menos ambiciosa de lo que planteaba la Comisión será la financiación de las becas Erasmus. Fuentes de esta institución trabajan con una estimación de recorte similar en porcentaje a la de la ciencia, de forma que los fondos pasarían de los casi 17.000 millones que pedía el Ejecutivo comunitario a unos 14.500 para el periodo 2014-2020.

Pese a todo, tanto las becas Erasmus como el programa Horizonte 2020 figuran entre las pocas partidas que el acuerdo entre líderes europeos cita expresamente como receptoras de un incremento real en el presupuesto respecto a 2013. Si se compara con el marco actual (2007-2013), la investigación experimenta una mejora de casi un tercio y las becas Erasmus, del 40%.

El salto, en todo caso, refleja bien las estrecheces económicas. Los presupuestos de estos últimos siete años, elaborados en la cima de la bonanza, incrementaron más de una vez y media el dinero destinado a la ciencia. Las alegrías presupuestarias son ahora mucho menores.

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