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Los astrónomos denuncian el acuerdo del CSIC sobre el observatorio de Calar Alto

“Asistiremos al desmantelamiento progresivo” de esa instalación científica en Almería, advierte la Sociedad Española de Astronomía

El observatorio de Calar Alto, en la sierra de Filabres (Almería).
El observatorio de Calar Alto, en la sierra de Filabres (Almería).paco elvira (getty images)

El futuro del observatorio astronómico de Calar Alto (Almería) sigue en el aire pese al acuerdo alcanzado recientemente por los dos socios de la institución (el CSIC, por parte española, y la Sociedad Max Planck, por parte alemana), según ha denunciado la Sociedad Española de Astronomía (SEA), que considera la situación “desesperada”. Esta institución pide “soluciones que permitan la viabilidad de Calar Alto con todas sus instalaciones” y advierte: “De no hacerlo así, asistiremos al desmantelamiento progresivo del más importante observatorio astronómico de la Europa continental”.

Según cálculos de la SEA, la reducción de financiación de Calar Alto acordada ahora por los dos socios supone una reducción del 67% del presupuesto que el observatorio venía teniendo en los últimos años. En concreto, se ha fijado un gasto anual de 1.600.000 euros a partir de 2014, y este año, ya con drásticos ajustes, el presupuesto es de 2.200.000 euros. Pero además, para ese recorte lleva asociada la reducción de las instalaciones disponibles para la comunidad científica, de manera que de los tres telescopios ahora mismo operativos en el observatorio de Almería, sólo se financiará la operación de uno de ellos, el de 3,5 metros de diámetro “y con costes mínimos”, explica la SEA, de manera que se “cierra la posibilidad de utilizar la financiación o el personal disponible para las operaciones de los otros dos telescopios, de 1,23 metros y de 2,2 metros”.

La SEA rechaza de modo tajante “el tono optimista” del comunicado que el CSIC emitió esta misma semana acerca del acuerdo firmado con la Sociedad Max Planck. Lejos de permitir continuar el trabajo científico en el centro astronómico, como afirma el CSIC, “esto va a conducir a una importante reducción de personal, con la pérdida de experiencia que eso implica; va a poner en dificultades la operación de incluso el telescopio de 3,5 metros y va a suponer una pérdida de recursos ya invertidos en el desarrollo de nueva instrumentación y en la consecución de proyectos científicos (en particular, en el telescopio de 2,2 metros)”, puntualiza la SEA.

Lo cierto es que el acuerdo especifica que el presupuesto anual, desde 2014 a 2018, se dedicará exclusivamente al telescopio de 3,5 metros y si alguna institución o grupo de investigación desea utilizar los otros dos telescopios, tendrá que correr con los gastos, lo que significa que no tendrán ningún soporte de operación ni mantenimiento por parte de la institución CAHA (Centro Astronómico Hispano Alemán) que gestiona Calar Alto.

La SEA recuerda que la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, argumentó que la cuestión prioritaria para el futuro del observatorio era “el interés científico de la instalación” y afirmó que era necesario conocer el dictamen del Comité Asesor de Infraestructuras Singulares antes de tomar una decisión sobre Calar Alto. La SEA comparte la estrategia de definir prioridades en base a estudios completos antes de decidir qué instalaciones científicas pueden financiarse. Pero denuncia que la firma del último acuerdo del CSIC con la Sociedad Max Planck “se ha producido sin esperar dicho dictamen, sin tener en cuenta el Plan Estratégico para el observatorio y sin usar todos los argumentos de rentabilidad científica o tecnológica”. Una portavoz del CSIC argumentó recientemente a EL PAÍS que no hacía falta un informe científico puesto que el observatorio no se cierra. Pero casi, responden los astrónomos.

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