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Del toque verde al verde total

Ya sea por el cumplimiento de la normativa, presión social, reducción de costes o compromiso, las compañías comienzan a involucrarse activamente en la lucha contra el cambio climático

Parque natural de Somiedo, en Asturias, declarado reserva de la biosfera por la Unesco.
Parque natural de Somiedo, en Asturias, declarado reserva de la biosfera por la Unesco.GONZALO AZUMENDI

Dentro de un mes (el día 29 de marzo), la ONG ecologista WWF organizará La hora del planeta, uno de los eventos de mayor repercusión mundial que busca concienciar con un apagón de luces de una hora a millones de personas sobre la amenaza ambiental más acuciante: el cambio climático. Entre otras entidades y organismos, el pasado año 40.000 empresas en todo el mundo y 500 en España (entre ellas, el Grupo PRISA, editora de EL PAÍS) se sumaron a esta cita con algún gesto simbólico o con un compromiso de acción más continuado encaminado a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en particular y a la minimización del impacto ambiental de la compañía en general.

La colaboración puntual en campañas de este tipo es uno de los muchos marcos en los que las empresas demuestran y cumplen con su compromiso de conservación y protección del entorno. Tanto la legislación como la presión popular han hecho que den pasos continuos para aminorar las repercusiones que tienen sus actividades en el consumo y desecho de recursos.

La puerta de Alcalá, apagada durante 'La hora del planeta'.
La puerta de Alcalá, apagada durante 'La hora del planeta'.LUIS SEVILLANO

Herramientas no les faltan: sistemas de gestión ambiental y energética (ISO 14001, ISO 50001, EMAS, entre otros); etiquetas o certificación sostenible (ecoetiqueta europea, FSC y PEFC para productos forestales, MSC para los de la pesca…); memorias de sostenibilidad, acuerdos de colaboración (ONG y empresa, ciencia y empresa…); socios en programas europeos (Life+, Interreg, Intelligent Energy, MED, entre otros), análisis del ciclo de vida y/o de la huella de carbono, etcétera.

Desde Ainia Centro Tecnológico, una de las entidades a las que acuden muchas empresas (500 en 2012), entre otras razones para mejorar su balance ambiental, Andrés Pascual, jefe del departamento de medio ambiente, bioenergía e higiene industrial, añade que “es cierto que la legislación les obliga a adaptar sus procesos para reducir el impacto, pero también se empiezan a dar cuenta de que si aplican otras tecnologías reducen los costes económicos, por ejemplo en el tratamiento de aguas y residuos”.

EMISIÓN DE GASES

CDP, en su origen denominado Carbon Disclosure Project, es un sistema global e independiente a través del cual miles de empresas de todo el mundo informan sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero, uso de agua y evaluación de los riesgos y oportunidades del cambio climático. Paul Simpson, su director general, afirma que “el argumento económico para la acción se está fortaleciendo”, y pone como ejemplo un informe (The 3% solution) realizado con WWF que muestra que el sector empresarial de Estados Unidos podría reducir sus emisiones en un 3% al año entre 2010 y 2020 y como resultado obtener 780.000 millones de dólares (568.000 millones de euros) en ahorros netos. “El 79% de las empresas de Estados Unidos que responden a CDP declararon mayores retornos de las inversiones tras aplicar políticas de reducción de emisiones que la media de inversiones empresariales”.

Desde hace décadas, el sector de la agricultura y la ganadería ecológica demuestra que se pueden emprender proyectos empresariales en los que el cuidado escrupuloso de la huella ambiental sea uno de sus puntos de partida. En España hay casi 33.000 operadores, entre productores, procesadores y comercializadores, y una superficie cultivada o de pastos que abarca 1,6 millones de hectáreas. A esta actividad se podría unir cierto ecoturismo. En este aspecto, Iberaves, una iniciativa de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), fomenta y da formación a pequeñas empresas dentro del turismo de observación de aves, uno de los más importantes subsectores por explotar dentro del ocio en la naturaleza.

El valor de los nuevos emprendedores

Aparte del desempeño ambiental de las empresas ya consolidadas, hay iniciativas como las de Enviroo (portal de empleo, formación y emprendimiento verde) que intentan canalizar los nuevos negocios hacia la economía verde. Durante uno de sus eventos, el GreenWeekend Barcelona, celebrado entre el 15 y el 16 de febrero, vieron premiadas sus iniciativas un proyecto para eliminar las bolsas de plástico, una tienda de autocreación de muebles ecológicos y una consultora que obtiene fertilizantes del agua depurada.

Por las cuatro ediciones de GreenWeekend han pasado cerca de 200 “emprendedores verdes”. Agustín Valentín-Gamazo, director y fundador de Enviroo, lo define como “un evento que promueve de forma integral el emprendimiento, la innovación y la sostenibilidad, siendo una apuesta de RSC idónea para instituciones y empresas”. Además sirve para que compañías como DHL y Unilever apoyen este tipo de iniciativas. “Los emprendedores verdes que desarrollan nuevos modelos de negocio medioambientales desde una óptica empresarial van logrando que se desarrollen proyectos escalables y que los recursos finitos dejen de serlo”, destaca el fundador de Enviroo.

Otro ejemplo reside en el sector de las energías renovables, donde, a pesar del vaivén legislativo al que están sometidas, un estudio de la Asociación de Productores de Energías Renovables constata que en 2012 contribuyeron al PIB, de manera directa o inducida, con 10.563 millones de euros, empleaban a 114.000 trabajadoras y trabajadores (perdieron 8.600 en ese año) y evitaron la importación de 13,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo, lo que supuso un ahorro económico de 2.430 millones de euros. Por último, otro nicho empresarial con claras connotaciones ambientales de partida, el del ahorro y la eficiencia energética, ya facturó en 2009 21.462 millones de euros (con 106.000 empleos) y espera que en 2016 llegue a los 40.472 millones (200.000 empleos).

Por cuestiones de cumplimiento de la normativa, de presión ciudadana, de ahorro de costes o de compromiso ambiental asumido, hoy día es rara la empresa que no adopta alguna línea de mejora en este campo. Pero ¿es suficiente? Una entidad que está en buena disposición de contestar a esta pregunta es Ecología y Desarrollo (Ecodes), ya que a través de diferentes proyectos ha analizado el compromiso ambiental de 165 empresas en España, muchas de ellas multinacionales. Precisamente trabaja desde 2008 como socio de CDP para el desarrollo del proyecto en España y en la última edición del programa se envió el cuestionario CDP a las 85 mayores empresas españolas cotizadas en Bolsa, de las cuales solo 40 respondieron con información detallada de sus emisiones de carbono y estrategias de cambio climático.

Según el director de Ecodes, Víctor Viñuales, “la mayoría de las empresas ya saben que deben hacer negocios sin dañar el medio ambiente, una minoría muy creciente practica este convencimiento y un grupo todavía muy reducido está emergiendo: el de las empresas que quieren resolver problemas ambientales y sociales utilizando el poder de los negocios”. Para Viñuales, “esa es la empresa del mañana, la empresa necesaria”. Andrés Pascual, de Ainia, reconoce que “las grandes empresas son más proactivas que las pymes, entre otras cosas también por imagen, y más ahora con el efecto de las redes sociales, donde la difusión de cualquier problema o impacto acarrea una mala imagen que deben contrarrestar, o bien utilizarlas para dar a conocer sus logros en positivo”.

Iniciativa Española Empresa y Biodiversidad (IEEB), EmpleaVerde, EmprendeVerde… Todos estos son programas que impulsa la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, con el objetivo de que la biodiversidad, parte esencial del medio ambiente, se integre plenamente en las políticas empresariales. Para su directora, Sonia Castañeda, “proteger la biodiversidad es proteger nuestro desarrollo económico; sin diversidad biológica no hay diversidad económica, por eso es casi una necesidad crear una alianza medio ambiente y empresa”. Castañeda recuerda que “España es el país más biodiverso del continente europeo, un valor que tenemos que aprovechar para sacar pecho y distinguirnos con una marca España verde”.

Acción de WWF.
Acción de WWF.GERARDO GARCÍA

Pavan Sukhdev, uno de los economistas y consultores internacionales más destacados que abogan por una economía verde, cree necesario un cambio en la forma de gestionar los recursos de la Tierra y señala que “es preciso implicar en este cambio al mundo empresarial como administrador planetario, y no como un agente neutral que está aprovechándose de los recursos mundiales y provocando su agotamiento”. En un capítulo del informe La situación del mundo 2013. ¿Es aún posible lograr la sostenibilidad?, del Worldwatch Institute, Sukhdev advierte de que “durante las décadas pasadas, la palabra sostenibilidad se ha convertido casi en sinónimo de iniciativa ambiental, pero las empresas ni siquiera han logrado una sostenibilidad financiera y mucho menos ambiental”.

La colaboración con ONG ecologistas es una forma de caminar hacia el objetivo que plantea Pavan Sukhdev. En WWF piensan que “las empresas son parte del problema, pero también de la solución”. Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, asegura que “el tejido empresarial forma parte de la sociedad y el trabajo con él te permite prevenir los impactos, analizar cómo afectan los procesos productivos al entorno, mejorarlos, paliar sus consecuencias y concienciarlos para que adopten estrategias ambientales”. Incide también en que el compromiso ambiental y el social deben ir unidos y que “cualquier estrategia de gestión sostenible de agua, energía o residuos abarata costes y forma parte de la competitividad como empresa, ahora y en el futuro”.

APOYO Y ORIENTACIÓN

WWF España, aparte de participar en la cita mundial de La hora del planeta de la mano de centenares de entidades públicas y privadas, colabora con más de 150 empresas. “Trabajamos siempre”, relatan desde WWF, “dentro del marco de la responsabilidad social corporativa; puede ser mediante el apoyo a nuestros proyectos o también orientando sus políticas hacia la sostenibilidad”. Otra de las líneas de colaboración es la promoción de sellos de garantía ambiental, como MSC (Marine Stewardship Council) para la pesca o FSC (Forest Stewardship Council) para el papel, “lo que facilita información y acceso a esos productos al consumidor responsable”, concluyen desde WWF España.

La Fundación Global Nature es otra ONG plenamente activa en un objetivo que define su coordinadora técnica, Amanda del Río: “Conseguir que la empresa incorpore la biodiversidad y la gestión del capital natural en sus necesidades de negocio y no como una simple cuestión de filantropía”. Un EmpleaVerde y un LIfe+, ambos con el nombre precisamente de Empresa y Biodiversidad, y su participación como uno de los socios estratégicos de la IEEB van en la línea apuntada por Del Río.

Para estas ONG, mantener la independencia de acción resulta básico, participen o no en acuerdos con grandes o pequeñas compañías, de ahí que la mayoría conjuguen a veces con la misma empresa el trabajo en común para la recuperación de una especie y la denuncia ante los tribunales por un determinado impacto.

Más allá de lo que obliga la ley

Ecodes resulta un excelente termómetro para calibrar el grado de compromiso ambiental de las empresas más allá del cumplimiento obligatorio de las leyes. CeroCO² es un proyecto pionero en el fomento del cálculo, reducción y compensación de la huella de carbono entre empresas, entidades, administraciones públicas y ciudadanos. Desde 2005, más de 250 entidades han puesto en marcha 530 acciones de cálculo, reducción y compensación de la huella de carbono de sus actividades, eventos y productos, y 18 han conseguido el Sello CeroCO², que destaca la rigurosidad en este campo de empresas como DKV, Mango, Alcampo, Volkswagen o Inditex.

También gracias a Ecodes se puede seguir la huella de carbono de 116 productos, 84 entidades y 89 eventos con la base de datos Carbonpedia o el análisis de las políticas y el desempeño ambiental, social y ético de más de 140 empresas en 19 países que lleva a cabo dentro de su participación en la red EIRIS Global Network.

Por su parte, la Fundación Biodiversidad, dentro la Iniciativa Española Empresa y Biodiversidad (IEEB), impulsa la inclusión de la conservación y la gestión de la biodiversidad en las estrategias de negocio de diferentes sectores empresariales de la economía española. Las empresas firman un pacto por la biodiversidad con el que reconocen y respaldan los tres objetivos del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas: promover la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de sus componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización adecuada de los recursos genéticos. Dieciséis empresas ya han firmado el pacto, entre las que se encuentran Cemex, Cepsa, Decathlon, Endesa, FCC, Ferrovial, Heineken y Red Eléctrica de España.

Desde SEO/BirdLife destacan el trabajo junto a Iberdrola en el estudio de la migración de las aves, con Adif para reducir el efecto barrera de las líneas de tren de alta velocidad sobre la fauna y con Agraz (proveedora de Unilever) para compatibilizar el cultivo y producción industrial de tomates con la conservación de la biodiversidad.

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